POR.VALENTINA RUIZ
En días lluviosos, soleados, cálidos y hasta fríos, te pienso… te extraño… Comienzo a soñar despierta en la posibilidad de apurar el tiempo, empujar las agujas del reloj, para verte… y poder abrazarte hasta siempre… Y es que te extraño tanto que me he llegado a preguntar si hay algo más que valga la pena extrañar en esta vida, pues tengo razones de sobras para hacerlo porque, te has convertido dulce amor mío, en el ser que llena mi vida de alegría con su presencia, porque te ganaste día a día este mudo corazón que si pudiera hablar, sólo preguntaría por ti… Te extraño en las noches al acostarme triste por no haber oído tu voz, y sé que, aún, cuando tranquilo duermes en la distancia, nuestros sueños son compartidos, porque las “almas se funden en un una sola desde lo lejos”…
Y… es que mientras te espero… voy a extrañarte cada vez más, y mientras más lo hago, seguiré soñando despierta y anhelando el momento en el que pueda sentir la paz que me dan tus besos, tus caricias… tus abrazos.
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