Dedicatoria
FUENTE
Dedicado a quien se encargó de enseñarme
que cada lágrima que fue derramada,
con o sin razón,
con o sin motivos aparentes,
con conciencia o sin ella,
violentamente desalojada de su apacible aposento y mostrada en público,
es una lección inevitable e interminable de la vida,
una a una,
grita en la cara que estás vivo y vives intensamente,
vienen a corroborar,
que sin ellas no hay vida ni muerte,
esas que,
aunque no sabes por qué lección vas,
además de mojar tu cara,
te empujan a reflexionar y proseguir con esperanzas de ganar una más
para ser recompensado por no sé quién,
ni cuándo,
ni dónde...
A quien me ha hecho reír y llorar a la vez,
hablar y callar en momentos,
acertar y errar,
todo a la vez,
caminar y quedarme paralizado
cual monumento de mármol
erigido en honor a quien ya no es y está en el más remoto olvido,
permitiéndome, de esa forma,
diferenciar claramente el sabor, color y olor de ambos extremos...
hablar y callar en momentos,
acertar y errar,
todo a la vez,
caminar y quedarme paralizado
cual monumento de mármol
erigido en honor a quien ya no es y está en el más remoto olvido,
permitiéndome, de esa forma,
diferenciar claramente el sabor, color y olor de ambos extremos...
Te dedico, esta, mi dedicatoria,
para no recibir tu cotidiano y por demás hiriente reclamo,
por mi olvido involuntario.
para no recibir tu cotidiano y por demás hiriente reclamo,
por mi olvido involuntario.
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