2 de mayo de 2010
No hay venezolano que no sepa quién es Yolanda Moreno. Fue bautizada en Puerto Rico como "La bailarina del pueblo de Venezuela" y, después, el poeta Manuel Rodríguez Cárdenas, su esposo, le quitó el "de" porque era más sonoro: "Bailarina del pueblo venezolano", como la hemos conocido siempre. Nació en El Guarataro, vivió en una casa de vecindad, de Soledad a Florida, donde su mamá era la encargada.
Yolanda Moreno tiene sentimientos encontrados con respecto a su ciudad, y nos lo cuenta con toda la vitalidad que la caracteriza, con gran sentido del humor y esa la juventud que conserva y que le atribuye el ser una mujer que siempre supo lo que quiso, y con la tranquilidad espiritual que le proporciona el haberlo logrado: "Yo soy caraqueñísima y de la parroquia San Juan, del barrio de los boxeadores y los chicheros”.
"He vivido siempre en Caracas, la quiero, pero hay gente que no. Sufro cuando veo en el estado en que está. Pero a veces pienso que si yo hubiera nacido en otra parte como en Lara, en Los Andes, en el Zulia, tuviera mi querencia donde ir, pero resulta que mi querencia es el Guarataro y está destruido totalmente".
Comenzó cuando aún era una niña, en el Retablo de Maravillas: "Llegué al Retablo porque me llevó un amigo del barrio, un tapicero, Raúl López. Me probaron como cantante.
En ese momento no había danza sino ballet clásico, más que clásico, clasista.
Ahí no entraba todo el mundo, y negro, menos. ¿Cuándo se había visto negro bailando ballet? Ahora las cosas han cambiado. Pero lo que quería ser era cantante o actriz.
"Entré en el coro, y después comenzamos a hacer ciertos movimienticos que a la gente le gustaban”.
Lo primero que bailamos fue Barlovento y El Mapulorio. Con Margarita Brener, la madre de Vitas Brener, comenzamos la danza porque ella había sido gimnasta y patinadora olímpica.
A Yolanda no nos atrevemos a preguntarle la edad, pero con mucha picardía y humor dice: "Sigo el consejo de Pedro Centeno, que me dijo que nunca dijera la edad para que la gente me ponga la que quiera. Hay gente que dice que tengo 70, otras que 50, otras 60, otras 80”.
La belleza está en la tranquilidad espiritual, que no tiene nada que ver la angustia del quehacer. Receta de belleza no tengo ninguna. Me lavo la cara con agua y jabón y me pongo agua de rosas.
"Tampoco tengo un gran cuerpo, como dicen, es la estructura de los huesos. Las piernas sí, y no me lo han perdonado nunca, muchas 'amiguitas' que tengo por ahí, que todavía resuellan, porque como yo bailo joropo quieren que ande con mi faldón, mi cota y mis alpargatas y dos moñitos. Pues no, yo soy la bailarina del pueblo venezolano, y Venezuela es un país moderno, de gente joven".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario