SWING LATINO
20/01/11.- El talento salsero venezolano es reconocido en todo el mundo. En las marquesinas de los grandes teatros leemos los nombres de Oscar D’León, Orlando Watussi, Gerardo Rosales, Felipe “Mandingo” Rengifo, Alfredito Cutuflá, Carlos “Kutimba” Espósito, Amílcar Boscán y Orlando José Poleo, por nombrar algunos. Se habla de ellos, se les coloca como ejemplos y hasta algunas calles y locales llevan sus nombres. Es el caso del propio Poleo en Francia, quien fue distinguido por la Escuela Municipal de Saint-Cyr-sur-Loire al bautizar con su nombre la cátedra de percusión.
ME GUSTA ENSEÑAR
El encuentro se produce en el lugar más querido de Poleo: en su casa, en Sarría. Fue allí donde doña Ricarda –quien nos regala un café- le compró una flauta, más tarde una batería de juguete y finalmente una conga. Esos fueron los primeros instrumentos del personaje a quien hoy entrevistamos para Swing Latino.
Por el curriculum que exhibe, alguien pensaría que Orlando José Poleo pertenece a la generación de Patato Valdés, Tata Güines, Peraza o Mongo Santamaría, pero el hombre es de más acá. Nació el 13 de diciembre de 1962…
“Comencé a trajinar en el ambiente demasiado joven. Mi familia siempre ha sido rumbera y crecí escuchando a Palmieri, Joe Cuba y Tito Rodríguez. En las fiestas me quedaba hasta tarde para escuchar la música, oír la ejecución de los instrumentos. Estoy hablando de un niño de 6 ó 7 años disfrutando de una guaracha, una cumbia o un bembé. Eso denotaba mi pasión musical”.
Poleo hace la acotación de que él era un chamo muy normal, pues hasta jugaba beisbol, sólo que se inclinaba por la música. “Era algo innato. Deseaba jugar, pero con el pentagrama, soplar la flauta… Un primo se compró un bongó y era yo quien lo tocaba. Como a las 12 años mamá me compró una conga, que la tiene un amigo mío acá de Sarría. Una conga Sardá. La tiene Viruta, que no me la da, pero es mía…”.
—¿Y la docencia?
—Me gusta enseñar. Esta parte es importante para mí. Aquí atrás había un taller del Conac, el Centro Taller del Arte de Sarría. Allí se impartían clases de serigrafía y dibujo. Ensayaba un grupo llamado Sabañón; yo los veía todos los días porque yo estudiaba allí. Un día reclutaron al conguero y su director, Pablo García me pidió que ensayara con ellos. Lo hice y finalmente quedé. Así comenzó mi carrera como percusionista, porque yo ensayaba y daba clases, hasta que el director del taller me preguntó si estaba interesado en enseñar, pero cobrando. Le dije que sí y no paré más nunca. Tenía 18 años cuando le di clases a Gerardo Rosales, Kiko y Cumberbache, por nombrarte unos pocos; la lista es bien larga. Mi carrera de docente se inició allí y aún no termina. Son casi 20 años y te confieso que me gusta”.
PARÍS ABRE SUS PUERTAS
La conversación va y viene. Intentamos no perder el hilo. La nostalgia invade a Poleo en ocasiones. Confiesa que tiene un proyecto a futuro.
“He pasado demasiado tiempo fuera de mi patria. No quiero pasar la vejez fuera de mi país, por eso pienso residenciarme acá y trabajar en Europa, hacer giras en verano. Mantener una base allá, pero vivir aquí”.
Un sueño que desea cumplir el tumbador es fundar una Escuela de Música de Alto Nivel en Caracas. “Hace falta y lo voy a hacer. Tengo a mano las herramientas y las voy a usar. Enseñar representa un aporte social y eso me gusta”.
Poleo, uno de los cuatro primeros tamboreros autorizados para tocar los tambores sagrados, se fue a Europa en 1991, invitado para un Festival de Percusión. Acudió, tocó y allí se quedó. Son 20 años fuera del país. Antes de eso fue conguero fundador de Adrenalina Caribe y trabajó con un sinfín de agrupaciones, entre ellas El Trabuco Venezolano, al que menciona con emoción.
“Siempre estuve en la onda de innovación. Te confieso que soy un enamorado de la fusión, aunque soy salsero de corazón, me agradan los experimentos. Mis grabaciones son siempre distintas. Ando trabajando en mi quinta producción”, asegura.
Difícil resumir la vida de este seguidor de Mongo Santamaría y Tata Güines, pero no dudamos en asegurar que sigue los pasos de esos congueros. Tiene experiencia y se ha ganado los galones que le acreditan como “maestro”.
Ángel Méndez/Ciudad CCS
Foto Marcos Colina
FUENTE: http://ciudadccs.info/?p=137953#more-137953
No hay comentarios:
Publicar un comentario